Alberto Mejía, de 18 años y vinculado al Tren de Aragua, fue excarcelado por equivocación en Santiago y logró llegar al Perú tras un viaje en taxis valorizado en más de S/ 9 mil.

La llegada de Alberto Carlos Mejía Hernández (18), sicario venezolano con nexos al Tren de Aragua, al territorio peruano resulta tan insólita como la forma en la que quedó en libertad: salió caminando por la puerta principal de un penal en Santiago de Chile por un error administrativo.
Luego de quedar libre, el joven inició un recorrido clandestino hacia Perú. Según la periodista chilena Marcela Rojas, utilizó vehículos por aplicación para facilitar su huida, comenzando así su largo trayecto hacia la frontera.
“El viaje arrancó desde el penal ‘Santiago 1’ hasta Estación Central, donde tomó un taxi por aplicación que le costó 2 millones y medio de pesos chilenos, unos S/ 9,293, rumbo a Iquique. Ese recorrido tomó cerca de 20 horas”, declaró Rojas. Posteriormente, tomó otro taxi hasta Arica y un último que lo acercó a la frontera con Perú.
El 12 de julio, el taxi en el que viajaba transportó a cuatro personas en total. El conductor les consultó si cruzarían por paso regular, pero finalmente ingresaron al Perú por una vía no autorizada, cerca del control fronterizo de Chacalluta. Ya en suelo peruano, habrían sido recibidos por miembros del Tren de Aragua en Tacna. Las autoridades creen que su destino final no es Perú, sino otros países como Colombia o Costa Rica.