En tiempos recientes, el panorama matrimonial en el Perú ha experimentado cambios significativos: un aumento en la cantidad de uniones y, paralelamente, un incremento en las solicitudes de divorcio.
La mayoría de las parejas optan por el divorcio por mutuo acuerdo, buscando concluir con el matrimonio de la manera más rápida posible. Sin embargo, muchas de estas parejas pasan por alto que el código Civil Peruano, específicamente el Artículo 333, establece hasta 12 causales para solicitar un divorcio, siendo la infidelidad una de las principales.
Dentro de las causales más reconocidas por la sociedad se encuentran: el adulterio, conducta deshonrosa, abandono injustificado e injuria grave. En cualquiera de estos casos, existe la posibilidad de solicitar una indemnización basada en el principio de reparación integral del daño. Esta indemnización contempla una evaluación detallada de cómo se desarrolló la relación, los daños emocionales y materiales derivados de la ruptura, y otros gastos que se hayan presentado a lo largo de la vida conyugal.
Astrid Fournier, reconocida especialista en Derecho Civil de Fournier Abogados, expresó: «Con esto, el reglamento dentro del Perú buscó proteger a la institución matrimonial, pues pretendía resguardar sus principios fundamentales que son la fidelidad y el respeto mutuo. Se necesitaba un derecho que proteja a uno de los cónyuges que pudiese sufrir daños a causa de hechos ocurridos dentro del matrimonio que encaminen a un divorcio.
Sin embargo, muchas parejas desconocen que pueden ser indemnizadas. No es un tema menor, sino de justicia. El tiempo, el afecto y la dedicación que se brinda en el ambiente matrimonial jamás podrá ser devuelto, pero posiblemente resarcido de alguna forma al culminar el vínculo.
agregó
La normativa pertinente se halla en el Art. 345-A del código Civil, que trabaja en conjunto con la causal reconocida para finalizar el vínculo matrimonial. Es esencial que se pruebe la existencia de un daño aparente y las consecuencias resultantes de la ruptura para solicitar la indemnización.
Cada caso de divorcio es particular, por ello es preciso solicitar el apoyo de un abogado especialista en Familia que permita orientarlo y que proteja sus derechos como cónyuge afectado, así como sus emociones, dado que el proceso de una ruptura no es algo que se puede llevar de forma amena, en ocasiones es engorroso, tedioso y agobiante”.
Concluyó Fournier