Este 14 de febrero no solo se conmemora el día del amor y la amistad, sino también la fecha de un santo de la iglesia católica que tiene un significado especial para los Trujillanos.
Mientras que otras ciudades del norte y del mundo celebran el «Día de los Enamorados y de la Amistad», Trujillo conmemorará el viernes 14 de febrero el 401° Aniversario de la designación de San Valentín como su patrono, protector y defensor. Esta decisión se tomó después de que San Valentín intercediera durante el poderoso terremoto de 1619, que cobró la vida de 350 personas y dejó la ciudad completamente devastada.
Historia del terremoto
El 14 de febrero de 1619, hace 405 años, un cataclismo de proporciones apocalípticas sorprendió a los habitantes de la tranquila y virreinal Trujillo entre las 10 de la mañana y el mediodía. Este evento, que hoy podría ser estimado en alrededor de 7.5 grados en la escala de Richter, causó una devastación sin precedentes.
Para comprender la magnitud de la desolación, es necesario recurrir a las palabras de los investigadores. En su obra «Barroco y policromías. Las casas de Trujillo del Perú», los arquitectos José Correa-Orbegoso y José de Mesa citan al contador Zárate, quien visitó la ciudad entre los años 1544 y 1545, una década después de su fundación el 5 de marzo de 1535, describiendo: «(En Trujillo) hecha por mucha orden y razón, y en ella (había) hasta trescientas casas españolas».
Antonio de la Calancha, sacerdote y cronista agustino que ejercía como prior de Trujillo, señala: «Tenía agradables casas y curiosos edificios, buenos ventanales y alegres huertas en nuestro Trujillo desdichado, pues en un breve credo que duró el temblor, arruinó desde los templos más fortalecidos hasta los edificios más livianos, todos los edificios cayeron».
Trujillo se recupera del desastre
Tras el desastre, surgió la idea de trasladar la ciudad a una ubicación menos vulnerable. El historiador Lorenzo Huertas Vallejos, en su artículo «El Perú y las calamidades recurrentes», ofrece detalles al respecto:
«El daño fue tan grave que el propio Virrey, el príncipe de Esquilache, designó una comisión compuesta por el obispo de Trujillo, don Francisco de Cabrera, el capitán don Luis de Esquivel, Francisco Merino Ferrer y don Juan de Avendaño, para que, tras evaluar el estado de las cosas, decidieran qué era lo más adecuado para la restauración de la ciudad y, en caso de considerarlo conveniente, si debía ser trasladada a otro lugar». Esta información se encuentra registrada en el Libro de Actas, No 5, de 1612 a 1619, f.366r. del Archivo Regional de Lambayeque.
Se dio inicio entonces al proceso de reconstrucción. Las casas e iglesias de la época fundacional del siglo XVI fueron reconstruidas siguiendo los nuevos estándares arquitectónicos del siglo XVII, respetando los lugares de origen. Entre estos sitios destacaba el de la Casa de la Emancipación.
‘San Valentín’ Patrón y protector de la ciudad de Trujillo
En medio de este proceso de reconstrucción, surgió la idea de encomendar la ciudad a un santo patrón, siguiendo la tradición de la época. Dado que el terremoto ocurrió durante la festividad de San Valentín, la elección del patrono no resultó difícil.
El 12 de febrero de 1627, el cabildo trujillano aprobó la propuesta presentada por don Juan de Lozada y Quiñones para declarar a San Valentín como «Patrono y protector de Trujillo», en reconocimiento a su intervención que ayudó a la ciudad a evitar daños mayores durante el terremoto de 1619.
La nueva ciudad
La reconstrucción posibilitó la introducción de nuevos elementos ornamentales, como la lacería mudéjar, un estilo de influencia musulmana que fusiona líneas y formas geométricas.
Un ejemplo de ello se aprecia en la Casa de la Emancipación, donde se preservan y exhiben fragmentos de rampas y muros del siglo XVII adornados con murales de estilo mudéjar, creados después del terremoto de San Valentín y redescubiertos durante el Proyecto de Reparación y Mantenimiento de la Casa en 1992.
Hoy en día, debajo de un suelo de vidrio templado en el patio principal de la Casa de la Emancipación, se pueden contemplar dos rampas de adobe y vestigios de los murales con motivos de lacería mudéjar, presentando diseños geométricos pintados en ocre rojo y blanco.
El origen de la fiesta
Cuando el emperador romano Claudio II prohibió los matrimonios entre jóvenes con el fin de mantener la concentración de sus soldados, un sacerdote llamado Valentín desafió esta orden y continuó casando parejas en secreto. Después de ser descubierto, fue condenado a muerte por decapitación en el año 269 d.C.
Varios siglos más tarde, el papa Gelasio I, con el objetivo de desplazar las festividades romanas de las Lupercales, dedicadas a la fertilidad y la fecundidad, proclamó el 14 de febrero como el día de San Valentín alrededor del año 498 d.C.
Desde entonces, se ha iniciado y mantenido una larga y romántica tradición en honor a San Valentín.
Fuente: BBVA