Más allá de la tradición, la Iglesia invita a vivir el Viernes Santo con respeto, recogimiento y reflexión. Conoce qué conductas se deben evitar para mantener su esencia espiritual.

El Viernes Santo es una de las fechas más solemnes del calendario cristiano. Conmemora la crucifixión y muerte de Jesucristo, y es considerado un día de recogimiento, silencio y reflexión. La Iglesia Católica hace un llamado a los fieles a vivir este momento con respeto, centrándose en la oración y la unión familiar.
A diferencia de otros días festivos, el Viernes Santo no es para celebrar ni hacer actividades comunes. Según National Geographic y la Enciclopedia Católica, este día invita a recordar el sacrificio de Cristo y a evitar cualquier acción que desvíe la atención de su mensaje espiritual. El enfoque está en reconectar con la fe, perdonar, y fortalecer los lazos humanos desde la humildad.

El párroco Luis Carlos Ayala explicó al medio El Tiempo que no se trata solo de ayuno o abstinencia, sino de sanar relaciones y pensar en el bien del prójimo: “Se deben evitar las acciones que pueden lastimar a las personas. Más que mantener una lista de prohibiciones, lo importante es vivir con conciencia y respeto”, expresó.
No obstante, a lo largo de los años han surgido prácticas populares que muchas personas siguen durante el Viernes Santo, algunas con base religiosa y otras más desde la tradición oral. A continuación, te compartimos una lista de cosas que se suelen evitar durante este día sagrado:
- Tener puertas y ventanas abiertas.
- Verse en los espejos.
- Clavar clavos o usar martillos.
- Mantener relaciones sexuales.
- Jugar, reír o hacer bullicio excesivo.
- Desvelarse sin motivo espiritual.
- Salir a la calle a altas horas de la noche.
- Irse de vacaciones o realizar viajes recreativos.
- Beber alcohol.
- Usar ropa de color rojo.
- Jugar juegos de azar.
- Caminar descalzo fuera de casa.
- Bañarse en ríos o playas.
- Limpiar la casa o hacer labores domésticas.
- Salir de fiesta.
Aunque muchas de estas acciones no están prohibidas por la Iglesia de forma oficial, son parte de una tradición que busca mantener el carácter solemne del día. En esencia, el Viernes Santo es una oportunidad para dejar de lado lo superficial, mirar hacia dentro y recordar con respeto el mensaje de amor y sacrificio que, según la fe cristiana, dejó Jesús en la cruz.