Yessenia Lozano Millones, bachiller con suerte que ahora labora en el congreso de la república. Foto: Cuarto Poder

Yessenia Lozano Millones apenas tiene un bachillerato y percibe casi 20 mil soles mensuales, más ingresos que un congresista.

Yessenia Lozano Millones, bachiller con suerte que ahora labora en el congreso de la república. Foto: Cuarto Poder

Cuarto Poder expuso la creación de un despacho en el Congreso, financiado con recursos estatales, que tendría como finalidad favorecer a Yessenia Lozano Millones, considerada la hija política de César Acuña, líder de APP. Con apenas 36 años, Lozano disfruta de privilegios que incluso superan los beneficios de los propios parlamentarios: cuenta con un asistente que la acompaña cargando su cartera y dispone de un agente de seguridad que la escolta hasta zonas restringidas de la Presidencia del Congreso, espacio reservado para congresistas y personal de confianza del titular Eduardo Salhuana.

Antes de ocupar su actual puesto, Lozano trabajó brevemente —apenas dos meses— como asesora de Salhuana, hasta que fue promovida a jefa del flamante Centro de Modalidades Formativas, una oficina recién creada. Pese a que solo posee el grado de bachiller en Derecho por la Universidad Señor de Sipán, sin contar con licenciatura ni estudios de posgrado, percibe un salario superior a los 19 mil soles mensuales, una cifra que, según el reglamento del Congreso, no correspondería a su nivel académico, ya que su formación apenas le habilitaría para un puesto técnico con un sueldo de alrededor de 6 mil soles.

Los comentarios en los pasillos del Parlamento apuntan a que este nuevo centro funcionaría como una agencia de empleo encubierta. La carrera pública de Lozano empezó como asesora principal del congresista apepista Freddy Díaz, con un sueldo de 8 mil soles. Tras la denuncia por violación sexual contra Díaz, Lozano fue trasladada al grupo parlamentario de APP, aumentando su salario a 12,663 soles. El impulso definitivo llegó con la elección de Salhuana a la Mesa Directiva, lo que facilitó su rápido ascenso. En octubre de 2024, mediante una resolución firmada por el oficial mayor Giovanni Forno, fue nombrada jefa del recientemente inaugurado centro, con una remuneración que supera incluso a la de varios legisladores. Además del elevado salario, se suman otros beneficios económicos.

Así, de repartir alcohol en plena campaña electoral durante la pandemia, Lozano pasó a dirigir su propia oficina en el Congreso, disfrutando de poder y privilegios, todo gracias a su cercanía con el líder de Alianza Para el Progreso.