La seguridad en eventos de gran escala no debe considerarse un lujo, sino una prioridad ineludible en una industria del entretenimiento que continúa en constante expansión.

El crecimiento de conciertos, festivales y discotecas en todo el territorio nacional refleja un auge significativo del sector. No obstante, esta evolución también implica un incremento en los desafíos vinculados a la seguridad. Desde el control de grandes multitudes hasta la planificación de evacuaciones de emergencia, las complicaciones se han vuelto más sofisticadas.
“En eventos masivos, la seguridad debe planificarse con la misma seriedad que la producción del espectáculo. No se trata solo de presencia, sino de prevención y respuesta efectiva”, afirma Rolando Rodríguez Zorrilla, quien se desempeña como director de Seguridad en Eventos en GRAND Security Services.
Rodríguez explica que cada tipo de evento presenta exigencias distintas. En el caso de los conciertos, la prioridad es gestionar eficazmente a grandes grupos de personas, evitar situaciones de pánico y asegurar la integridad tanto del público como de los artistas. En las discotecas, en cambio, la vigilancia debe ser continua debido al consumo de bebidas alcohólicas y a la escasa iluminación. En ambos entornos, se impone una intervención experta y meticulosa.
“Nuestro enfoque es proactivo. No esperamos a que ocurra un incidente para actuar. Evaluamos cada evento desde antes, durante y después”, señala el especialista. La experiencia de GRAND Security Services se basa en la elaboración de análisis de riesgo a medida, planificación detallada, personal debidamente entrenado y procedimientos definidos para emergencias.
La compañía también promueve recomendaciones prácticas para los asistentes, como identificar las salidas de emergencia al llegar, mantenerse bien hidratados durante conciertos, evitar comportamientos imprudentes en discotecas y acatar las indicaciones del personal de seguridad.
“Detrás de cada evento exitoso, hay un equipo comprometido. Nuestro objetivo es que los asistentes recuerden el espectáculo por la emoción vivida, no por una tragedia”, concluye Rodríguez.