Centros de salud en Lima no cuentan con dosis de influenza pese al riesgo de casos importados ante el aumento de viajes internacionales.

La rápida expansión de la variante H3N2 —conocida como la ‘Supergripe’— en países europeos ha encendido las alertas sanitarias a nivel global. En el Perú, la preocupación aumenta luego de comprobarse que varios centros de salud carecen de vacunas contra la influenza, justamente en una temporada marcada por un intenso movimiento de viajeros y un mayor riesgo de contagios importados.
Durante un recorrido por establecimientos de salud en La Victoria, Breña y Lince, un equipo de Latina Noticias confirmó que no había dosis disponibles. Personal médico explicó que la entrega se prioriza para niños y adultos mayores, mientras que el resto de la población debe esperar nuevas remesas. La falta de vacunas coincide con un periodo de alta movilidad por fiestas de fin de año, lo que eleva la vulnerabilidad sanitaria.
Especialistas han descrito que esta cepa provoca síntomas intensos que recuerdan los primeros meses de la pandemia. Fiebre elevada, dolor de cabeza, congestión ocular, malestar general y dolores musculares son algunos de los signos reportados en Europa. Debido a su facilidad de transmisión, los médicos advierten que grupos vulnerables podrían complicarse rápidamente.
Con la cercanía de Navidad y Año Nuevo, neumólogos recomiendan reforzar la vigilancia en puntos de ingreso al país debido al incremento de vuelos provenientes del hemisferio norte. El Ministerio de Salud también exhortó a quienes retornen de zonas con brotes a acudir a un establecimiento de salud si presentan síntomas respiratorios, pues informar sobre el viaje facilita la detección de casos importados.
Pese a que el Minsa considera que el riesgo de un brote local es “leve a moderado” por las condiciones climáticas del país, se han activado protocolos epidemiológicos para monitorear posibles contagios. Mientras persista la escasez de vacunas, los especialistas sugieren retomar medidas preventivas como el uso de mascarilla en espacios cerrados, ventilar ambientes y evitar aglomeraciones, especialmente para menores de cinco años, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas
