El crecimiento de las agroexportaciones experimentó una desaceleración en el 2023

La disminución en los volúmenes de exportación también ha impactado negativamente en el empleo formal dentro del sector agrícola. ComexPerú resalta la necesidad urgente de reconocer los perjuicios que la inestabilidad jurídica y política ocasiona no solo a este sector, sino también a muchos otros.

En 2023, las exportaciones agrícolas totales de Perú alcanzaron los US$ 10,165 millones, marcando un aumento del 3.9% en comparación con el año anterior, según datos de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), proporcionados por la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú). Este crecimiento representó una desaceleración en relación al año anterior, cuando las exportaciones agropecuarias aumentaron un 11.7% respecto a 2021.

Ica fue uno de los principales impulsores de este crecimiento en 2023, concentrando el 20.1% de las exportaciones agrícolas del país. Le siguieron La Libertad, Lima, Piura y Lambayeque. Los productos más destacados en las exportaciones fueron las uvas, arándanos y paltas, que en conjunto representaron el 43.1% de las exportaciones agrícolas totales.

Sin embargo, algunos productos experimentaron descensos en el último año, como el café en grano verde, los mangos y las mandarinas. Esta situación también afectó el empleo formal en el sector agrícola. Según el último informe de inflación del Banco Central de Reserva (BCR) hasta octubre del año pasado, el empleo formal en el sector agrícola disminuyó un 19.3%, lo que se tradujo en la pérdida de 121,000 empleos en ese período. Por ejemplo, la demanda de mano de obra en cultivos como el arándano en la costa norte (La Libertad, Lambayeque y Piura) disminuyó entre agosto y octubre.

Por esta razón, según ComexPerú, es crucial tomar conciencia de los efectos negativos de la inestabilidad jurídica y política en el sector, así como en otros sectores. La derogación de la Ley de Promoción Agraria ha tenido un impacto significativo, y cada día que pasa sin levantar las barreras que obstaculizan la ejecución de grandes proyectos de irrigación, que llevan años en espera, significa una pérdida adicional en la expansión de la frontera de productos para la exportación.