El juez Roger Renato Vargas Ysla, del 12.° Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte de Lima, ha indicado que aquellos seguidores violentos de cualquier equipo de fútbol peruano que causen daños a la propiedad pública o privada serán condenados a penas que oscilan entre seis y ocho años de prisión.
En este sentido, explicó que si los disturbios resultan en lesiones graves a un ciudadano, la sanción no será inferior a ocho años. Asimismo, en caso de que estos enfrentamientos provoquen un fallecimiento, la pena se situará entre 15 y 35 años de prisión.
En el caso de menores de edad vinculados a barras bravas que protagonicen episodios de violencia, se les aplicarán medidas socioeducativas, como participar en programas educativos o ser internados en centros juveniles, en conformidad con los convenios internacionales suscritos por el Estado peruano.
Es importante señalar que en Perú, los menores infractores son sometidos a un sistema especial conocido como Sistema Nacional de Atención al Adolescente Infractor (SNAI), regido por el Código de los Niños y Adolescentes. Este sistema establece medidas y procedimientos diferentes a los aplicados a los adultos, con un enfoque centrado en la rehabilitación y la reinserción social.
Las sanciones impuestas a menores infractores no se denominan «condenas» en el sentido tradicional, sino «medidas socioeducativas». Estas incluyen amonestaciones, servicio a la comunidad, libertad asistida y la internación en un centro de diagnóstico y rehabilitación, dependiendo de la gravedad del delito y la edad del menor.